IGC Brussels

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El IGC nace de la idea de crear un espacio de referencia en la ciudad a partir de un dispositivo mecánico que acoja la escuela de cocina internacional.

Un gran autómata que muestra por el movimiento, la actividad que se genera en su interior.

Elevado sobre 70 pilares, el igc se alza sobre la ciudad de Bruselas para poder observarla, unos pilares que nacen de la plaza a la que mira y que crean la pieza primaria de la máquina gastronómica. La zona de experimentación, un espacio soterrado que alberga un centro de investigación culinaria. Pequeños laboratorios como chimeneas que surgen del suelo todos ellos conectados a la gran caja elevada por medio de un circuito TV para poder observar el proceso experimental.

Según ascendemos por su gran escalera mecánica encontramos una gran plataforma que coloniza el bosque de pilares y que sirve de mirador panorámico del nuevo espacio que conforma el igc.

En su interior el usuario entra a una gran estancia abierta al exterior por medio de grandes aberturas, para disfrutar de la producción culinarias realizada por los futuros chefs.

Debajo una bajada a los infiernos para ver la gran actividad entre fogones que se realiza para poder llegar hasta el plato final.

El igc es un gran centro de intercambio gastronómico en el que los alumnos aprenden el arte de la cocina y el usuario puede disfrutar de lo creado, y ver el proceso que lleva tras de sí.